Cádiz es uno de esos sitios especiales para Marta y Carlos. Es allí, en Conil, donde pasan muchos de sus fines de semana y días de vacaciones. El buen tiempo durante todo el año, la brisa del Atlántico y sus inmejorables playas de arena blanca lo convierten en un destino irresistible.
Para la primera parte de su postboda tenían claro que las playas y dunas de Conil serían el escenario perfecto. Carlos es un gran apasionado del surf. A Marta le encanta tumbarse al sol con un buen libro en mano mientras lo ve tomar olas.
El atardecer fue el momento mágico. Los últimos rayos de luz cálida se filtraban entre los árboles y las dunas, llegando hasta estos dos recién casados que se divertían y posaban desenfadados delante de mi cámara.
No os perdáis aquí la segunda parte de este reportaje, esta vez en Sevilla al amanecer.





